Acogido Intercultural

Publicado el 14 de abril de 2025, 13:37

Acabo de finalizar el Ramadán. Si bien lo del ayuno, no acabo de cumplirlo del todo. Me refugio en la mezquita, donde estoy cargado de espiritualidad, reflexión sobre mi infiltración en el colectivo árabe.

Le doy clases de español a inmigrantes árabes, idioma que ya dominó a nivel medio. Y mi alma habla con Dios cuando rezo con ellos.

Asimismo, trabajo con los católicos de Cáritas haciendo acompañamiento a mayores que necesitan compañía.

Mi religión es el espíritu, allá donde pudiere ubicarse.

Tengo acogido en casa a un inmigrante marroquí: Hicham, que me cocina manjares de su tierra. Es mi empleado doméstico con su sueldo correspondiente. Y yo tengo la casa como una patena.

Sus amigos son los míos.

Solo me falla Hicham en que no reza mucho, cuando para mis versos del Corán son el método más eficaz para poseer el ESPÍRITU. Tampoco va a la mezquita mucho. Pero yo voy con sus amigos.

Yo hablo con el alma, que tiene un lenguaje universal, común a casi todas las religiones. Exceptuando la católica, que, excepto en casos como sor Elvira, de Cáritas, parece que se reúnen en la iglesia para fardar de bolsos.

Cuando todo falla, recurro a la espiritualidad del hachís.

 

 

leopoldo

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