El Bisturí y la Aerofagia

Publicado el 19 de agosto de 2025, 8:30

Todo había salido divino con la ayuda de Satanito —hermano de leopoldo—, y a Sandra le arreglaron los bajos. Y en diez días ya estaba trabajando.

El martes por la mañana tenía una reunión con un autor mayor y de renombre. Y cuando estaban estudiando la maquetación, algo terrible ocurrió: Sandra se tiró un pedo arcaico y sonoro. Como no había modo de disimularlo, se limitó a decirle a don Ronualdo: “Le ruego me disculpe. Es la primera vez que algo así me ocurre”. Y este, en vez de rebajar la tensión, dijo: “Es vergonzoso, pero queda usted perdonada”. Sandra, finalizado el trabajo editorial con el anciano, se dispuso a irse y para ello tomó el ascensor, ocupado por Evaristo, muy aristocrático, él, y por una joven pareja de enamorados: Rosa y Tino. Tardaron tres minutos en bajar al Bajo. Tiempo que empleó Sandra en descargar siete ristras de pedos, a cual más sonoro y oloroso. La pareja se rio mucho y Evaristo dijo que era una vergüenza.

Convencida por una amiga, pronto desconfió y supuso que algo había podido suceder en la operación.

Así es que pidió cita y encontraron conveniente hacerle una eco.

“Aquí hay un cuerpo extraño”, dijo la enfermera. Llamó al cirujano y este estimó imprescindible volver a abrir y retirar el objeto.

Una vez retirado el cuerpo, este se identificó como un bisturí. Que no era sino el que había utilizado el cirujano en la operación y que, como consecuencia del agotamiento por llevar trece horas en quirófano, se había olvidado en TOR COÑO.

El bisturí le producía una aerofagia caballuna.

 

 

leopoldo

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios