“El suplicio de la noche y el suplicio del día”… Pasan las horas y el reloj parece no marchar. Debía ser un límite a tanto sufrimiento y ahora a descansar. No puedo descansar porque no estoy cansado. Estoy agotado. Y entonces llega.
el-día-con-todas-sus Inmisericordes. Obligaciones. El tormento no para. Pero ahora estás incluido en el mundo. Tienes que ganar dinero. Para esa persona. Y cuidar de los tuyos. Antes, todo era refugio en la oscuridad.
Ahora, “el suplicio de la realidad y el suplicio del sueño”.
Despliegan ese movimiento… Lo real nos agrede. Insulta nuestra alma constantemente.
Y no podemos refugiarnos en el sueño porque-el-dormir-es-una-estafa.
leopoldo
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