Ana me Tangaba con Santi

Publicado el 10 de mayo de 2025, 8:50

Verás, Vicky, ayer realizó una investigación periodística para asegurarme que el dinero que le mando a Santi todos los meses es correcto.

Elaboré un listado de ayudas de la Comunidad de Madrid para jabatos con síndrome de Down y me salían unas cantidades astronómicas. Le envié a mi ex las ayudas y ella desestimó la mayoría porque “no son acumulables”, que sabe Dios lo que quiere decir.

Del resto pago yo la mitad del colegio de Santi y los médicos y terapias.

Todo parecía correcto.

Pero estudiando las ayudas, descubrí que Ana tenía 520 euros mensuales por atención sociosanitaria en exclusiva a Santi. Cantidad considerable que jamás me mencionó mi ex, no porque no le correspondiese, sino porque sin este dinero su situación menesterosa quedaba más en evidencia. Esto es, me tangó 520 euros mensuales para presumir de pobreza que no era tal.

Me sentó como un tiro.

Y es que los Pérez son ratas de cojones. Siempre recordaré cuando iba los fines de semana a Patos (Vigo), donde pasaban el verano los Pérez, y al acabar la cena Pepe me pasaba la cuenta para que pagase yo. Ni que decir tiene que, para aliviar este gasto, me pasaba la semana comiendo en el comedor social y cenando pollo.

Y yo siempre me he preguntado cuántas madres con hijos discapacitados hay que trabajar, cuando no les queda más remedio. Sobre todo, teniendo en cuenta que los chavales se pasan el día en centros educativos. Medias jornadas laborales mínimas. Sin embargo, es mucho mejor vivir de las ayudas institucionales. Y en el caso de Ana, de su ex y de su anciano padre.

Tengo un amigo marroquí: Mohamed, marinero que, al tener una hija discapacitada y, por lo tanto, todas las ayudas económicas pertinentes, ha dejado de trabajar en el mar y vive de las numerosas aportaciones económicas de su hija. El y toda su familia.

 

 

leopoldo.

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