La estatua del Cristo Redentor, el Carnaval y las paradisíacas playas eran visitas obligadas con mi amigo brasileño Nilson, a quien conocí en Londres trabajando de camarero.
Con origen en el siglo XIX y principios del XX. Y tomando el nombre de una planta de crecimiento rápido y desordenado en colinas y costas. Las favelas que visitó Nilson son el resultado de la migración masiva del campo a la ciudad. Con rápida urbanización e industrialización.
Vinicio nos acompañó a la Rocinha, una de las 1.000 favelas que hay en Río, de 70.000 habitantes y muy caracterizada por su espíritu comunitario.
Nos contaba nuestro guía brasileño cómo en esta favela nació el funk buardon.
Asimismo, nos indicaron que en las favelas carecen de servicios básicos como agua, alcantarillado o electricidad.
Con Julio también visité el Complexo de Altemäo. Así como la favela de Santa Marta, donde trabaja la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) y donde Michael Jackson grabó un video.
En Santa Marta tuvimos relaciones sexuales a precio de ganga con una prostituta local: Claudia, quien nos acompañó a comer una feilloada. Pude comprobar por qué los brasileños llevan el sexo en la mirada.
leopoldo
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