Inmigrante en el Escorial

Publicado el 10 de julio de 2025, 7:02

Pasé un finde en Madrid con mi ex y mis hijos. Y Jorge me propuso que fuéramos a dormir a El Escorial, a su maravilloso chalet donde yo tanto me había rehabilitado del traumatismo craneal sufrido en el accidente que por poco me cuesta la vida. Gloria estuvo de acuerdo con la iniciativa de su marido. Así es que salimos para el Ventorrillo, con los hijos de los Toro: Miguel, Cristina y Martita.

Llegamos, nos instalamos y fuimos al pueblo de Navacerrada a cenar.

Un vendedor ambulante: Mustafá se acercó a nosotros vendiendo su mercancía: pulseras, gafas y pañuelos. Anta arabi? (¿Eres árabe?, le preguntó). "Naama, ana arabi min Magreb" (Sí, soy árabe de Marruecos).

Permanecí hablando árabe con él como media hora y me contó que vino en patera hace un año. Y que ahora dormía en un parque. Tenía 24 años.

Jorge se incorporó a la conversación, sirviéndole yo de traductor.

Y le ofreció a Musta dormir en su garaje. Jorge iba medianamente borracho. Musta accedió encantado. Yo llamé a un aparte a Gloria y le dije que me parecía mala idea, pues se trata de gente marginal y, por lo tanto, muy peligrosa. Gloria toleró la decisión de Jorge.

 

Llegamos al chalet y Jorge inició a Musta en el garaje con un colchón y una manta. Dejó a su vera agua para beber.

 

Fui el primero en levantarme. A las cinco.

Bueno, el segundo, pues Musta ya no estaba, había huido llevándose con él medio garaje y el coche de Jorge.

 

 

leopoldo

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