Decidió ir a dar un paseo Sandra, así es que se puso sus mallas deportivas y se calzó sus botas de montaña. Estaban en Becerril de la Sierra. Y a Marta —su madre— no acababa de hacerle gracia que Sandra —muy autónoma ella— saliese sola a pasear.
Sandra fue a las Pozas, donde se desnudó y se dio un majestuoso baño. El agua estaba fría, aunque estábamos en agosto. Y el cambio de temperatura activó su mente: La belleza del lugar enterneció su alma. No había nadie en el lugar.
Y un CHOFFF le sirvió para revivir los más poéticos sueños.
Ella sería editora: la que hace libros. Y les arrancaría a los escritores toda la poesía habida. Viviría la belleza. Y tampoco dejaría de escribir, porque si había una cosa clara, es que Sandra era escritora.
Cada roca, cada pájaro y alguna carpa.
Había avanzado quince años y Sandra conoció a leopoldo: Escritor. Los dos juntos editarían docenas de libros, que pronto escribirían entre ambos.
Y una vez al año volverían a las Pozas de Becerril de la Sierra a bañarse desnudos y a seguir soñando.
leopoldo
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