Mi alumno marroquí, Abderramán —marinero de baja por una lesión muscular en la espalda— se acaba de divorciar y está muy deprimido. Así es que ha comenzado a venir a casa, a recibir clases de español.
Con la clara intención de acoplarse.
Pero Hicham, Osama y leopoldo ocupan al 100% el piso de cuarenta metros cuadrados que tiene en el Ventorrillo el menor de los Panero.
Crítica es la situación, pues he sabido ayer que Abdy anda contando a amigos, conocidos y familia en Marruecos y en España que ahora vive en casa de su profe Kiko (leopoldo).
El acoplamiento es del todo imposible, más teniendo en cuenta que acabamos de abortar el acoplamiento de Miloud.
Abdy habló ayer con Enrique, quien me dijo que era encantador.
Con Abdy estoy trabajando la lectura de mi libro Marruecos me llama. Y cuando lo acabemos, le pedirá a Hicham que me traiga libros infantiles de la biblioteca Ágora. Asimismo, practicaremos la escritura con cuadernillos Rubio.
Asimismo, mi acogido Hicham me ha pedido que le vuelva a dar clases. Con lo cual serían ya un total de cuatro mis alumnos.
leopoldo
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