Líder nata, la pequeña María Lorena cuando cumplió los doce años lo escribía todo. Tenía varios cuadernos para la escritura, pero a ella lo que más le gustaba era redactar en los márgenes de los libros que leyese en ese preciso momento. Como leía muchísimo, no tardó en convertir sus anotaciones en una iconoclasta y rupturista crítica literaria. Pronto empezó a hacer ella misma sus libros. Lo cual no le daba mucho dinero, pero le permitía apostar por nuevos creadores, casi siempre marginales.
La pequeña María Lorena desde siempre sintió una pasión patológica y desmesurada por los gatos, a quienes contaba sus problemas editoriales. Ellos escuchaban muy atentamente.
Y ya de adolescente se convirtió en una buscavidas, apasionada amante de la vida al margen de todo convencionalismo. Submundo en el que conoció a leopoldo, escritor minusválido con el que acudía en sus horas libres a museos, cines y teatros de la ciudad condal. Como la Lore no se quería casar más que con sus putos gatos. leopoldo y la Lore viajaron mucho por España y también por Italia, sobre todo Sicilia.
Y entonces a la Lore le salió un trabajo en Tenerife, donde trabajó codo con codo con leopoldo, con quien se casó por la Iglesia católica y con lista de bodas. Tuvieron diecisiete hijos y la mayoría fueron escritores. Y cientos de gatos.
leopoldo
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