Entraba en el ascensor de la Biblioteca Ágora.
Y a mi vera un hombre que tenía un asombroso parecido al difunto escritor cubano Reynaldo Arenas.
"Sí. Soy Reynaldo —comenzó a decir—. Le dio al botón de Stop. Y a modo de rezo señaló: Nací en Aguas Claras, Cuba, en 1943. En el seno de una familia pobre. Hijo de una campesina y madre soltera. Fui novelista, dramaturgo y poeta. Me centré en la denuncia social y en la explotación de la identidad sexual. Estuve en la cárcel por maricón. Fui exiliado en EEUU, donde luché contra el VIH. Pasé a mejor vida en 1990“. Acto seguido, me abrió la cremallera del pantalón y me realizó la mejor felación de mi vida.
leopoldo
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