Mi Amor le hice llegar a la Lore. Incluso me invité a su casa de Barcelona a pasar un fin de semana salvaje.
Pero era sábado y a las ocho de la mañana.
Con lo cual, obviamente, no recibí respuesta.
Es más, el “me cago en dios” de la Lore en la Ciudad Condal, llegó con total nitidez a la ciudad herculina, donde habito.
----------------------------------------------------------------- El leopoldo de los cojones te ama.
Y no puede parar de hacer cosas compulsivamente pensando en ti. “¿Cómo estará mi María Lorena?”.
Necesito saber si ya trabajas con normalidad, esto es, muchísimo; si duermes bien. Si comes bien y variado. Háblame de tu gata.
¿Nuevos proyectos editoriales?
Que sepas que por tu puta culpa he comenzado a escribir de los manicomios en los que residí en el pasado por culpa del Bellocino.
Sí, sí… Convenció al doctor Kornes de que yo era un neurótico Cabanillas adicto a la heroína; que le consiguió su zorra secre, para hacer el paripé. “Mire, doctor, lo que he encontrado en el abrigo de Kiko”.
Pues sí, en el primero: Clínica del doctor Arrojo, estuve tres meses. Y en la segunda, Clínica Universitaria de Pamplona, estuve quince días; gracias al dictamen del informe del Kornes, que decía que yo tenía tendencia a la toxicomanía, cuando mi único delito fue tomar centraminas para estudiar.
Pero en los loqueros nacería un Poeta.
Os hablaré de Vicente, el afectuoso; de Patxi, el anciano culturista; de Jesús, el legionario; de la anorexia de Eva…
Y cómo no, del singular.
leopoldo
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